Coger aire y entregarlo todo en un suspiro. Porque lo has dejado para el último momento deseando que así todo se disuelva como si nunca hubiera existido, esperando que tus oídos sordos contribuyan a que se esfume, y no quede ni rastro. Pero sabías que no pasaría. Sabías que tendrías que afrontarlo, por muy bonito que sea imaginar que puedes cruzar de acera y mirar para otro lado. Pues no, ahora está de frente, ya no puedes huir.
Y llega el momento, ese en que piensas '' o ahora, o nunca'', rememorando alguna peli americana vista desde el sillón de tu casa. Ahora es cuando hablas, o callas, o lo dejas caer, o cuando lo agarras, es cuando obligas a tu mirada a que se lo diga a sus ojos.
Parece eterno. ES eterno. Dicen que cuando te vas a morir, la vida que has vivido pasa ante tus ojos como si fuera una película. En ese preciso instante ves miles de películas. Todas a la vez. Todas con un final para esta historia. Deseas quedarte con la que cuenta que te sonríe, se dan la mano y se van. Pero no tienes esa convicción, y los otros ''THE END'' explotan en tu cabeza recordándote que ellos están ahí, que son más y sobre todo, que son más probables. Te esfuerzas por no ser pesimista y ofrecer un 50% de posibilidades a cada uno de los supuestos.
Y se te saltan las lagrimas. Evitas mirar al frente, para que no te vea y para no verle. Te has dado cuenta de que ese segundo infinito está llegando a su fin, y temes. Temes adivinar su respuesta, pero sabes que ya ha decidido, y cuando los cortometrajes de tu mente aceleran su ritmo sacas fuerzas de donde no quedan. De donde solo había miedo, y lo haces.
Levantas la cabeza y le miras.

0 miradas:

Publicar un comentario