Cindy

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Una canción para Cindy... una mezcla, una inconexión, desorden, espontaneidad: United state of pop
Saltar de la cama y notar que la música es la que te mueve.
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Cindy

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Como el sol. Inalcanzable y cercano a la vez. 
Disfrutar del placer de dar y de recibir a cambio es lo que consigue Cindy. Estar loca y contagiarlo en forma de alegría, de risas, de ganas de gritar, de bailar, de volar. Sonreír, y como consecuencia, brillar. 
Existir únicamente para el presente. Olvidarse del pasado y despreocuparse del futuro. Disfrutar del momento, ahora que lo tiene TODO al alcance de su mano. Ahora que un simple guiño de ojos significa horas y horas de pensamientos derivados. Ser feliz solo por imaginarlo. Dejar que una llamada perdida acelere tu pulso. Despertar, desperezarse y vivir. Vivir eternamente, a cien por hora. Convertir cada segundo en un pestañeo, un beso, una idea. Soñarlo y escribirlo con el dedo sobre la mesa. 
Porque sabe que es joven, que es transparente, que es invencible. Y da igual cuantas veces se caiga, cuantas se resbale o la empujen. Curar un golpe con el flash de una cámara : ¡Sonríe! 
Sentir como por sus venas corre euforia y notar encima miradas de envidia. 
Equivocarse, arrepentirse y solucionarlo con un abrazo. 
Podrían describir a Cindy  como irresponsable, infantil o incluso imprudente. A mi me parece que simplemente disfruta. Disfruta de lo que por derecho puede y es capaz de hacer sin que nadie se lo impida.
Porque con quince años la frase es Carpe Diem.
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Histories

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A partir de ahora publicaré también mis historias en este blog. Tengo una en papel y otra en mente. Dejo aquí el principio de la primera y espero que les guste. Opiniones por favor T_T

Nazco el 2 de septiembre de 1993. A partir de ahí alguien decide que Irma sería un nombre de mi agrado y siendo de pelo ondulado y ojos negros paso a estar inscrita en el Registro Civil como Irma Matisse Luengo.

Me toca residir en algún lugar de Bruselas, Bélgica. Y saber hablar francés, idioma paterno, y español, materno. Teniendo dos hermanos mayores, que me llevan 13 y 16 años, soy la princesa del cuento... que le cuentan a la reina de la verdadera historia; que es mi madre. Segunda esposa de mi padre, es 20 años menor que él. Guapa, simpática, espontánea y caprichosa. Valéria.
Mi padre, Piérre, es un subdirector de hotel con muchas posibilidades de ascenso. Con ojos solo para su mujer, le vale con asegurarse de que sus tres hijos están vivos y de que le paga al servicio de mantenimiento la limpieza de la última planta del hotel, que es en la que nosotros vivimos. La relación con mis hermanos, hijos de la primera esposa de mi padre, es mala con Antoine, el más pequeño, y muy buena con Philíppe, el mayor.
Pasado mi sexto año de vida dejo de ser el juguete de Valéria y paso a ser otro estorbo en la vida de Piérre. Así que a excepción de la niñera y de Philíppe, mi relación con el resto del mundo se enfría y mi capacidad de comunicación se casi anula.
Con amigas momentáneas, algún que otro ligue poco duradero y una gran pasión por el teclado y la guitarra eléctrica llego a los 14 años. Momento en el que decido mudarme a casa de Philíppe y Katy, su divertida novia irlandesa.
Por esta razón, por el echo de que mi adolescencia alcanza su punto álgido, o por ambas, me vuelvo más sociable y trabo amistad con Suzanne, la chica más heavy de mi clase, de mi curso, y provablemente de mi instituto, y con Fran, su hermano. Ambos de mi edad, pelo castaño , ojos avellana y delgadez envidiable.
Paso los dos mejores y más estables años de mi vida. Aprendo a divertirme, a confiar en la gente y a aceptar que me equivoco.
Al cumplir los 17 años Philíppe y Katy nos llevan a Suzanne, a Fran y a mi a un enorme y modernísimo pub donde cojo mi primera borrachera, con su consecuente resaca.
Por parte de mis padres recibo una invitación de almuerzo en el que me sorprenden con una increible guitarra eléctrica y una cajita de condones, que según me comentan, es de parte de Antoine.
Mes y medio más tarde soy vestida por Katy y arrastrada por Suzanne a la fiesta que celebra Luke cada año, el chico moderno del instituto.
En contra de todas mis expectativas me lo paso muy bien y hablo con alguien más que el DJ. En algún momento me tropiezo con una chica un año mayor que yo, muy simpática y con mucho desparpajo a la que para mi sorpresa, le caigo bien. Louise.
Nuestra amistad crece y avanza rápidamente, aunque ella no parece congeniar con Suzanne, pero con Fran se entiende muy bien, incluso demasiado. Dos semanas después de la fiesta me presenta a su novio. Un chico encantador con una sonrisa que deslumbraría a un ciego. Súper inteligente y divertidísimo. Condenadamente guapo. Dominique.

Y ahora, un año después nuestras manos se entrelazan inconscientemente y nuestras narices se rozan. Siento como se agita su respiración. Pero antes de dejar que porfin pase quiero repasar mentalmente como he llegado hasta aqui. Hasta él.
 
:) Buen día!
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