Claudia.

Normal. Es la palabra perfecta para describir a Claudia.
Ordinaria, común, usual, corriente, frecuente, habitual, también se podrían utilizar.
Duele. Ser la de siempre, siempre, duele.
Claudia se ha dado cuenta, pues vive ese papel en primera persona. Todo el mundo tiene cierto rasgo que lo caracteriza, y eso para Claudia es incomprensible. Por alguna razón en su genética no hay ninguna cualidad especial, nada extravagante, ningun punto con las cantidades mal calculadas del que enorgullecerse. Siempre ha sido así y nunca ha tenido problemas para asumirlo y aceptarlo, porque al fin y al cabo los raros eran los demás.
Pero ahora las cosas son diferentes, ahora es consciente de que ha llegado el momento de destacar. Mira para su alrededor y ve que todos son únicos y especiales en este o aquel sentido.
Mire a donde mire las irregularidades de la gente provocan situaciones de ensueño, pero ella cada día se siente mas predecible.
A demás, está el hecho de que no solo ella percibe su ''normalidad'', los demás también, y ser la cobaya de experimentos de personas que - desde su punto de vista - podrían estar haciendo cosas de lo más inusuales la destroza.
Ha aborrecido tanto las costumbres que empieza a odiarse, a odiar su rutina, y a odiar a contadas personas que comparten con ella su naturaleza.
Claudia se siente satisfecha con sus actos, con su manera de ver las cosas y de actúar, pero sabe que falta algo, que falta la guinda del pastel.

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